martes, 24 de junio de 2014

Ambientes de aprendizaje, por Pilar Benito

Nuestros alumnos desarrollan diferentes habilidades y destrezas jugando espontáneamente en los ambientes de aprendizaje que les presentamos. Cada uno de los espacios representan un estímulo que invita a los niños a saltar, a girar, a reptar, a balancearse, a trepar, a lanzar, a golpear, a construir, a imaginar, a inventar juegos, y a descubrir un sin fin de posibilidades motrices, tanto con su cuerpo como con los objetos. Estudian diferentes trayectorias, calculan velocidades, calculan la fuerza necesaria en los lanzamientos, desarrollan su equilibrio, la seguridad en sí mismos, se enfrentan a sus miedos y los superan mejorando su autoestima…

Los alumnos se mueven libremente, toman sus propias decisiones respecto a las tareas, se organizan como quieren (trabajan individualmente, en parejas, en grupos…), comparten los espacios y los materiales con sus compañeros y aprenden a esperar, se ayudan, se animan, se imitan, comparten sus ideas, discuten, aprenden a resolver los conflictos dialogando, llegan a acuerdos, reflexionan… en definitiva, van construyendo su propio aprendizaje en función de sus intereses, de sus capacidades, de sus necesidades, a su ritmo (no al nuestro).

Al final de la sesión hacemos una puesta en común y escribimos en nuestro fichero expresando cómo nos hemos sentido, qué dificultades hemos tenido, qué es lo que más nos ha gustado, lo que menos… y todo aquello que queramos compartir con nuestros compañeros.